
Mientras todos siguen su rutina, nosotros descansamos trabajando para quienes no pueden seguir esos pasos agigantados de ego.
Mientras todos miran sus relojes y ven perdidas sus horas, este grupo de jóvenes cristianos miran al cielo, y dan gracias por estar lejos de casa, sin comodidades, sin tecnología, dándole un respiro al alma, siendo útiles hasta en los detalles más mínimos, entregándolo todo con el espíritu de servir..