"...con ese nombre tuyo que se adentra en la sangre, como una rosa de nieve."

Hasta aquella frase, todo me parecía iluso, irrisorio e idealista. Ahora sólo deseo que la lluvia me cubra, la noche me acune, que el sueño por fin me lleve consigo para poder descansar de tanto pensar y pensar.. Porque una cosa es dejar de hablar, otra es dejar de pensar, y otra más compleja olvidar..

Quisiera decir tantas cosas, pero no encuentro motivos ni momentos apropiados..
Quisiera callar tantas otras, pero aunque mi boca guarde silencio, mi cuerpo y mis sentidos vociferan verdades que jamás deberían ser conocidas..

Testigos silenciosos de las más impresionantes expresiones naturales, del paso del tiempo, de las calurosas y frías estaciones. Observan al mundo moverse, mientras ellos con su humildad, están hechos sólo para estar estancados por siempre. Diseñados para ser 'seres' llamativos, insomnes, obligados a alejar todo a su alrededor y quedarse únicamente con su intrínseca alma solitaria.