Lista para comenzar el evento doy varias vueltas en el pasillo del patio, no son nervios, es esa extraña sensación que hace una semana me tiene entre insomnios, dolores de cabeza, desconcentración e inapetencia.
Dentro de tanta ida y vuelta algo me saca de la abstracción y veo como varios intentan cortarle el paso a alguien hacia el pasillo. Cuando por fin distingo la figura ya es demasiado tarde para evitarlo o decirle que no es el mejor de los momentos para su re.aparición. Sus ojos se me clavan cual laser y varios cortes fríos atraviesan mi estómago. Como piedra inamovible y sin que un sólo músculo me responda, lo veo acercarse, pegarse a mi oído y susurrar:
-"Dime que tú también lo sentiste, dime que tú también lo viste".
Me desconcierta y no puedo mentirle, mis ojos jamás podrán hacerlo, por lo que bastó sólo una mirada para responder. Se volvió a acercar a mi oído, esta vez, con un dejo de calma y volvió a hablar:
-"Te espero a la salida" y a varios tirones lo sacaron del lugar.
Desde ese momento no recuerdo más, actué por inercia, repetición, instinto. Algo se desencajó, algo perdió el equilibrio, alguna pieza voló por el aire, pero de una u otra forma volvimos a tropezarnos, sin salida, sin remedio, sin saber porque, como o hasta cuando. Lo que es seguro, es que algo nunca pudo soltarme realmente. Hoy es cuando probaremos que tan firme se mantuvo todo mientras el tiempo hizo su parte, pero al parecer no en nuestros sentimientos más profundos.
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