Sola miraba la noche, sola tocaba la niebla, sola estaba la calle, sola. Las luces estaban un poco más bajas que de costumbre, más raras que otros días y ahí. La sombra salio en medio de la nada, ahí avanzada, detrás de mi. No sabía que hacer. Empecé a caminar más a prisa, empecé a agitarme... no había nada, nadie.
GRITANDO, me puse andar, obvio, nadie me escucho, era casi desértico ¿Qué pasa con la gente? Malditas las multitudes que desaparecen cuando las necesitas, y que te estorban cuando vas caminando apurada. Pero ahí seguía yo, gritando en desesperación...
Era yo, mi sombra, mi reflejo... y yo seguía gritando.
GRITANDO, me puse andar, obvio, nadie me escucho, era casi desértico ¿Qué pasa con la gente? Malditas las multitudes que desaparecen cuando las necesitas, y que te estorban cuando vas caminando apurada. Pero ahí seguía yo, gritando en desesperación...
Era yo, mi sombra, mi reflejo... y yo seguía gritando.
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