Siempre pasa lo mismo, siempre!
Es de noche, necesito un abrazo largo, apretado, casi vital. "Calma" me digo, ya llegará, ten paciencia. Pero no, para no dejar mal a las estadísticas, vuelve a fallarme. No está, no llega. Hay motivos, claro, como 'siempre', y el nudo en la garganta se apreta más entre la pena y la rabia que siento. Y lo peor es que no soy quien para recriminaciones ni alegatos varios, no tiene porque saber mi necesidad imperiosa de su presencia, ni existe obligación de por medio para que esté aquí conmigo.
Y así, de vueltas y vueltas de seso, entre sábanas naranjas, calcetas gruesas, lágrimas de cocodrila mañosa y lechita con chocolate, trato de dormir. No lo consigo, pero trato, y trato, y así termino escribiendo, una vez más, otra entrada sobre la enécima vez que un gesto mínimo e intrínseco de nuestra humanidad me es esquivo a cambio de un maldito juego de video.
Es de noche, necesito un abrazo largo, apretado, casi vital. "Calma" me digo, ya llegará, ten paciencia. Pero no, para no dejar mal a las estadísticas, vuelve a fallarme. No está, no llega. Hay motivos, claro, como 'siempre', y el nudo en la garganta se apreta más entre la pena y la rabia que siento. Y lo peor es que no soy quien para recriminaciones ni alegatos varios, no tiene porque saber mi necesidad imperiosa de su presencia, ni existe obligación de por medio para que esté aquí conmigo.
Y así, de vueltas y vueltas de seso, entre sábanas naranjas, calcetas gruesas, lágrimas de cocodrila mañosa y lechita con chocolate, trato de dormir. No lo consigo, pero trato, y trato, y así termino escribiendo, una vez más, otra entrada sobre la enécima vez que un gesto mínimo e intrínseco de nuestra humanidad me es esquivo a cambio de un maldito juego de video.
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