Terror.
No existe otra palabra para lo que siento al pensar en no oírte, verte a los ojos, sentir el olor de tu piel, escucharte cantar 'feliz cumpleaños', ver esa expresión de asombro que pones cuando algo me hace gracia.
Extrañar.
A aveces se llega a transformar en algo físico, logrando expresarse como ansiedad incontrolable. Fumar ya no es alivio, ni leer, ni cantar a gritos, es simplemente un lapsus en el que tengo que saber mantener el control de mis dedos corriendo a buscar respuestas, que quizá nunca llegarán, que tampoco re-busco, pero a ratos florecen por cada rincón de esta contaminada cuidad.
Extrañar, no existe otra palabra para lo que siento, vivo y me acompaña a diario en cada paso que doy, en cada paso que puede volverse terror.
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