Dormida, despierta, en pijama, de traje. En medio de su casa, mi casa, el centro de la ciudad, o la soledad de mi habitación. En estéreo, mono, a gritos o en silencio. Con lineas uniformes, trazos mal definidos, figuras opacas, sombras, o reflejos. Siempre en blanco y negro.
Desde hoy, con fuerza y en colores, dejarás de ser un sueño..

Hacen falta dos para hallar una ecuación de encontrar un culpable,
Hace falta tiempo para tener ganas de desperdiciarlo,
Hacen falta sueños para aferrarse a la realidad,
Hace falta todo, y al final resulta que siempre es lo mismo..

No sirve de nada este delirio
De aferrarnos a una historia que murió sin darnos cuenta,
No sirve de nada este castigo,
De buscar en lo imposible algún borrón y cuenta nueva..

Y de que nos sirve,
No sirve de nada.. ♪

R. Arjona.

Quería huir, quería un abrazo, un segundo estático. Dejé pasar las estaciones una a una, con unas ganas cada vez más grandes de llegar.
El tono del teléfono repitió un par de veces, su voz se hizo cercana, pero de pronto no estaba conmigo, no era mío, no existía mi espacio dentro de su mundo. Colgué y retrocedí las mismas estaciones, ya no con las mismas ansias, sino más bien con cierto sabor amargo, de esos que se sienten cuando algo se descompone o cuando estás comiéndote el fondo del envase vacío. Cuando no queda nada, o ya no es lo mismo de antes..

Sentada descalzo, la música simple vaganbundea en toda la casa vacía, las palabras errantes, las teclas algo oxidadas resuenan agudas.. El viento se cuela y hace sonar las campanas de la cocina. Y no estás, no llegas, no vuelves. La soledad me dice que ya no debo esperar palabras escritas, porque no existe razón para ellas en este sitio. Quiero creer que es un sueño, de esos malos que se repiten una y otra vez por las noches (y en el día..) Y si así fuera, cometería el error más grande de todos, y huiría cada noche contigo, donde las causas perdidas tienen una segunda oportunidad. Donde no hay terceras personas dañadas. Ese lugar mágico donde soy parte de tus sueños, de tus memorias, de la vida que deseas hoy, tanto como yo..

Tuya y de nadie más. Con tus manos sobre las mías, como nadie más. Los ojos diciendo eso que callamos para no dañarnos y no dañar a los nuestros. El aire tibio, el sol muriendo, el año acabando sus días agotadores. Y tú y yo, nada más.
Todos aquellos detalles perfectos entre la sincronía de nuestras almas nostálgicas y arrepentidas. Y nada más. Porque si existiera todo sólo para nosotros, sería inútil. Basta con tenerte, con estar contigo, bastamos los dos.. y nada más.

Tengo ganas de abrazarte fuerte y no soltarte más, de mantener mi rostro aferrado a tu pecho como si se me fuese la vida en ello. Tengo ganas de decirte con la mirada lo importante que eres para mi, que observes en mi interior ese espacio inmenso que ocupas y que parece crecer día tras día. Tengo ganas de detener los segundos y regalarte un beso eterno, una caricia infinita, la sensación perdurable al estar de a dos. Tengo ganas de tenerte pegado, firme, consciente de que somos dos en un solo fin. Tengo ganas de tus manos, tus labios, tu olor.. Hoy amor, tengo ganas de ti..