r h o ..

welcome

Cada uno posee el máximo de memoria para lo que le interesa y el mínimo para lo que no le interesa..

Reproche racconto


Me gustaría saber si alguna vez se arrepintieron. Si alguna vez pensaron en las consecuencias que tendría toda esa mierda. Si oyeron mis sollozos, o se dieron tiempo de sostener la respiración para oír mis pasos tras ellos. Si alguna vez rieron de mi (y me di cuenta..)
Si tienen el valor de enfrentarme alguna vez, espero no estar triste como hoy, no herida como hoy, no recordando, como siempre..




Y a quien le importa?

Quien sabe? la respuesta casi seria obvia...NADIE, pero al final me convenzo de nosotros, sin que otros intervengan con sus respuestas. Me convenzo que no hay motivos más serios que los que tengo.

Frío

Me congelo, las manos, los dedos, las piernas incluso aquello¡¡¡ me congelo. Pero es más que frío, es más que ese viento marino y ese hielo polar que se apodero de mi tierra, es como si el calor hubiese abandonado mi cuerpo. Siento que no hay nada¡¡¡ Qué paso? Qué no pasó? Qué fue del calor? Realmente me gusta el frío?
No siento, no huelo, me congelo. Me matan las ganas de saber que sucede¡¡ Me encantaría entender que es lo que tengo que hacer para mantenerme en un estado cálido...¿Dónde te fuiste? ¿Tú te fuiste o me escape yo? El sol no me llena, el calor desapareció....Me congelo¡¡¡

Una madrugada de septiembre

Me desperté con la voz de un tipo que pasaba por la calle contando a todo pulmón cierta canción que conozco bastanta bien. Canción que ha dado vuelta en mi cabeza desde hace algún tiempo.
Pensé, 'Si hubiese tenido la cama del otro costado, no habría despertado, no habría analizado ni ideado nada de esto. Coincidencia del 'destino'?
Qué sucede cuando las coincidencias nos hacen creer que existe un 'destino' que las produce?
Cuándo tratamos de darle sentido a cosas que simplemente ocurren fortuitamente?
Cuando vemos 'señales' y las interpretamos como obra del destino, no son más que indicios reales que estamos en el camino equivocado (o corrrecto).
Entonces debemos pesar lo que pasa. Si lo que nos importa realmente, lo que nos hace vibrar, emocionarnos, lo que nos hace sentír vivos y felices, lo que nos hace sentír marisopas en el estómago, si todo aquello se encuentra 'lejos' y por susto tomamos lo que está a mano, estariamos cometiendo un grave error.
Quedarse estático en un sitio por miedo a jugársela por lo que está a kilómetros de nuestra realidad, es un error garrafal.
Tomar el camino fácil, es el reflejo humano más común. Quedarse quieto esperando que la pelota llegue a nuestras manos; en el bolleyball muchos cometen ese error. Ese acto mediocre no es la solución.
Hay que arriesgarse, ir más allá. Que importa si el camino por el que vas no es el correcto y ya te sientes causi realizado, vé y déjalo todo.
Lo peor en esta vida es sentirse frustado, mucho más con los sentimientos.
Porque el destino no existe. Somos nosotros los forjadores de toda consecuencia que nos pasa a diario, y no hay peor cosa en esta vida que sentirse engañado, y peor aún, por nuestra propia conciencia... Nosotros mismos.

Ese día


Sintió unas manos fuertes rodeando su cintura, sus manos, lo supo enseguida. Cuando terminó el primer tramo de la interminable escalera, no sabía que hacer ni que decir. En el fondo quería que esa escena ocurriese, pero no sabía porqué ni para qué. Mientras él insistía en reparar las cosas absurdas que ella pensaba, intentó planear una frase que lograra cambiar la situación, pero no consiguió mucho. Tomó con ambas manos su rostro y le dijo 'te amo'. Obtuvo la misma respuesta automática de siempre, y en silencio, recibió un abrazo largo, apretado, que pudo contra el frío de ese día, contra todos los miedos de ese día.




ó..

Dile que se calle..
Ó lo ato a mi silla, acá.
Le dejas de dar palabras..
Ó me dejo manipular como las teclas de su piano.

Eliges..
Ó yo eligo.





Noche III

Mi techo no está chueco, bueno sí, talves un poco, pero nunca tanto como yo. Osea, no yo, mis emOcines, o más bien lo que nO·hago por ellas.
NecesitO un albañíl urgente, alguien que re·diseñe mi estructura. AlgO falta aquí, algO anda mal.
No! no en mi techo, insisto... aquí!
Si quiero helado, como manzana.
Si quiero leer, me pinto las uñas.
Si estoy enamOrada, salgo corriedo..
Mal.. Y mi techo sigue chueco.


Diagnóstico

No se puede morir de amOr..

Pero sí a causa de él..



otrO


La libertad es un lujo que no todos pueden permitirse..


Como si no supiera cuando estás ahí..


Puedo adivinar y encontrarte incluso si tratas de ser otrO..





Ahora..


" La soledad es el precio de la libertad. "




Rapor

Estaba pensando en ti cuando sonó el teléfono. Oí el "hola" y parece que un cálido abrazo me redujo el día a sollozos que acompañaste en silencio desde el otro lado de la línea.
No sé si existe ese tan buscado sexto sentido, no sé si existe realmente ese rapor que nos suele unir desde hace años. O destino, como le dices..
Después de oirte (y oír a Amélie decir agú..) siento un leve descanso, el nudo no molesta tanto, pero costará mucho llenar este vacío.
Mientras, des·hojo el tiempo, escribo sobre mis dudas, mis miedos y de todo un poco, tal cual alguna vez me enseñaste..



Noche II

Siempre me reproché no saber perder, incluso hice varias cosas sabiendo a priori que iba en picada segura. Pero de esto no puedo decir nada.
No sé si me salvé o me tiré a un pozo.
No sé si estoy huyendo o intentando demostrar que no sólo de amor se vive.
Ahora no sé si esperar o buscar. No sé si caminar o correr.
No sé dormir si mi cabeza llama a gritos.
No sé pensar si mis ojos no se cierran por la noche.
No sé tener paciencia.. Y esto es todo cuestión del puto tiempo..

           

Noche I


Definitivo..

Mi memoria no radica en la corteza de mi cerebro..


Mi memoria está justo debajo de mi piel..



Momento II


-Ahí está, bualah!
-Me estás tomando por idiota?
Por un momento creí que sí, pero su expresión dijo lo contrario. Esa fotografía estaba muy lejos de ser mentira, y yo tanto más lejos de creer lo que veía. Reconocí de inmediato el lugar, las personas, la persona, y las cosas que ocurrieron ese día. Como retrocediendo físicamente, sentí haber corrido lo mismo y con la misma carga sentimentaloide, con la misma ropa incómoda y esos zapatos rojos que me hacen mierda los talones. Me pareció que el pecho se me comprimía al extremo de no dejarme respirar, así que decidí salir un rato a caminar para despejar la cabeza, a intentar de una vez que esta parte de la historia se convierta en olvido, y deje de ser presente tan presente..





[..después de todo, todos tienen derecho a equivocarse, a cometer errores, y no soy quien para vivir de ellos, menos por ellos..]

Una noche en el puerto

Caminando, mirando el sol como caía hacía el Oceano Pacífico, y dando mis pasos por Av. Brasil, veía como el silencio se apoderaba de mi puerto. Era jueves, era frío, era yo y el cielo porteño. ¿Qué pasa? Miré el reloj para informarme del paso del tiempo, pero antes de ver los números me sentí perdida. ¿Qué calle era esa? ¿Dónde voy?
El sonido del teléfono me trajo de vuelta al mundo, eran las niñas, teníamos que volar, era el encuentro en el huevo (como si nunca nos vieramos ahí), pero caminé al mismo paso con el que venía. Las palmeras, el sonido del metro, el apuro de quienes venían saliendo de las oficinas, el alboroto que se forma a las afuras de la facultad "Ciencias Ecónomicas y Administrativas" de la U. de Valparaíso, las bocinas, las luces de los autos, la entrante oscuridad... Ese era el panorama de mi noche. El viento marino traía con él las gotitas que esparce mi mar (mío, MÍO!). Era hermoso, era una noche, una más de las tantas.
Seguí caminando, seguí por la vereda del frente, y ahí se veía un buque. La verdad es que no sé de donde es, pero iluminaba toda la bahía, me daba la sensación que era otra vez Enero, pero no.
En fin, ahí estaba, la entrada al antro, la entrada al lugar que nos daría su calor por algunas horas, ahí estaba la entrada que le daba un fin a mi noche en el puerto... Después, quién sabe!!!


Momento Añejo


Bastó tan sólo una mirada para dejar de ser quien estaba ahí junto a ti. Esa niña que amparaste un día bajo otros cuatro brazos en medio de un patio con gente.
Había pasado todo un día de abrazos, besos, miradas, gritos, mil gestos de aprecio, reencuentros... Y escuché esas voces que ensayaban desde hace semanas, que estaban sincronizadas como algunas vez estuvimos todos. Recordé el tiempo pasado y la angustia del momento terminó con un llanto que no cesó hasta altas horas de la madrugada. Todo por que me dí cuenta que nunca estuve más segura de queres dar esa respuesta que continuamente evado y ansío nunca se haga presente. Segura de querer romper el pacto silencioso de no ir más allá y poder pensar por alguna vez en lo que es bueno para ambos. Segura de oirte cerquita por siempre...
Bajé las escaleras, desesperada, esquivando a la gente que me provocaba tanto temor. Corrí buscando verlos a todos por última vez, de pronto creí que sería inutil insistir, era como buscar un aguja en un pajar. Fué justo entonces, en medio de la escasa luz, con un aliento acelerado y un corazón agitado, que tropecé con tus ojos y bastó tan sólo una mirada...