r h o ..

welcome

Cada uno posee el máximo de memoria para lo que le interesa y el mínimo para lo que no le interesa..

to T

Estuvimos muchas noches charlando sobre trivialidades, tendencias espirituales, anécdotas, riendo por nimiedades, llorando penas añejas. Mirábamos las luces del edificio de enfrente mientras tú, intentabas mirarme entre las sombras. Leímos juntos, tomamos muchos cafés en esa escalera del 'break', cocinamos huevos, queso y champiñones, tomamos vodka, cerveza sin filtrar y una vez un dissarono. Caminamos mucho, con frío, calor, enojados, riendo hasta que el abdomen nos dolió. Me diste un número considerable de Milkyways y nos enamoramos de la "Wain" casi a primera vista. Dormimos mucho, descansamos otro tanto. Peleamos bastante, nos entendimos demasiado. Aprendimos a reconocer el olor, los pasos, los gestos, ruidos, mañas del otro. Nos hicimos cómplices, confidentes, compañeros, consejeros, oídos para el otro. Somos una buena mezcla, pero como te enseñé, no es lo mismo mezclar que revolver, porque para que una mezcla perdure realmente debe llegar a revolverse por completo, donde no se reconozcan a simple vista los ingredientes, sino que el gusto sea quien distinga sus componentes. Para eso se necesita la voluntad y temple de ambos, y una vez me enseñaron que basta con que uno de los dos no lo desee para que todo termine ahí, donde ni siquiera pudo comenzar.

Entiende..

No me enoja, me duele. No te odio, pero me decepcionas. No dudo de ti, pero, ¿cómo confiar?, si siempre me fallas.

Momento Servilleta

Regalo. Pensé varias semanas antes en algo práctico, estiloso y que encajara en el personaje. Regalo. La idea se vino de pronto vívida y algo loca. Porqué no? Escribí en una servilleta las tres palabras mágicas y las guardé en mi bolsillo. Esperé que durante el día el momento "indicado" llegara. Por enécima vez algo falló. No existió momento preciso, simplemente no hubo ni un segundo de conexion. Caminé sola varios minutos por Apoquindo, entre jóvenes riendo y parejas regalonas, hasta que meti mi mano en el bolsillo y encontré la servilleta rayada. La abrí, la leí, quise llorar pero el miedo de estar a altas horas de la noche sola me contuvo. Era la segunda vez que haría esa pregunta, pero esta vez el final fue otro. Crucé la calle, detuve un taxi y me fui a dormir.

Espera (No pienses)

Me quedo callada, doy la espalda y me trago la pena y las lágrimas que provoca la decepción de la eterna esperanza destruida.
Probablemente pasen días antes que el maldito teléfono suene, que haya un mensaje o alguna señal de vida. Tal vez no pase jamás.
Pienso por enécima vez (y lo reprimo) Duermo, rio, lloro un rato a solas, y aunque parezca una rareza, espero.
Y sigo esperando.

Familia Feliz


Somos una especie de cuadro abstracto, diferente, complejo. Somos mezcla de colores, texturas, genios, pensamientos, emociones. Somos un mundo construido por la fuerza de la atracción y sobreviviencia. Somos seres totalmente independientes, pero necesariamente prescindibles entre si. Somos consejeros, críticos, compañeros, confidentes, cómplices. Somos un sin fin de enredos que conllevan momentos que, tal vez, no perduren en nuestra memoria, pero la sensación de esta etapa será preservada por nuestras fibras. Porque somos muchas cosas, pero ante todo somos amigos, y aún más que eso, somos una familia feliz.



Evento

Lista para comenzar el evento doy varias vueltas en el pasillo del patio, no son nervios, es esa extraña sensación que hace una semana me tiene entre insomnios, dolores de cabeza, desconcentración e inapetencia. Dentro de tanta ida y vuelta algo me saca de la abstracción y veo como varios intentan cortarle el paso a alguien hacia el pasillo. Cuando por fin distingo la figura ya es demasiado tarde para evitarlo o decirle que no es el mejor de los momentos para su re.aparición. Sus ojos se me clavan cual laser y varios cortes fríos atraviesan mi estómago. Como piedra inamovible y sin que un sólo músculo me responda, lo veo acercarse, pegarse a mi oído y susurrar: -"Dime que tú también lo sentiste, dime que tú también lo viste". Me desconcierta y no puedo mentirle, mis ojos jamás podrán hacerlo, por lo que bastó sólo una mirada para responder. Se volvió a acercar a mi oído, esta vez, con un dejo de calma y volvió a hablar: -"Te espero a la salida" y a varios tirones lo sacaron del lugar. Desde ese momento no recuerdo más, actué por inercia, repetición, instinto. Algo se desencajó, algo perdió el equilibrio, alguna pieza voló por el aire, pero de una u otra forma volvimos a tropezarnos, sin salida, sin remedio, sin saber porque, como o hasta cuando. Lo que es seguro, es que algo nunca pudo soltarme realmente. Hoy es cuando probaremos que tan firme se mantuvo todo mientras el tiempo hizo su parte, pero al parecer no en nuestros sentimientos más profundos.

Y así..



Tontorrón, Bandadita del Señor, Dale color!, Fuente Inagotable de Calor, Tipografíííííííía, Personita más linda, esTUPI, Calvo Malvado, Pequeña Malvada, Concentración de Maldad, Gendarmería, Abanico de Emociones, Monstruito, Pavo-leso, Faláfel, Cantinero, Wikilis Piuj, La Chica, Matriiiiiculaaaaa, "Despacito", Tupi-Tupi, Co-Co.. y mi favorito, Calabazita..


Crisis

"En las grandes crisis, el corazón se rompe o se curte." (Balzác)

Un rayo



Como un rayo, así de natural se dieron las cosas. Cada momento es una cosquilla a mi consciencia y a mis emociones que parecían dormidas hasta hace unas semanas atrás.
El tiempo que he pasado a solas y a ratos en gratas compañías, me han llevado a reparar todas las fisuras que pudieron quedar trás la ruptura de aquel gran trozo de mi vida. Pensé muchas veces que sería imposible, al menos en un tiempo considerable, la posibilidad de lograr tener la sensación de estar viva nuevamente. Han sido días maravillosos, de esos en los que el sol parece brillar y calentarme sólo a mi, los colores pigmentan el mundo de una forma mucho más alegre, el aire es más liviano para mis pulmones y el sueño es apacible de nuevo.
Quizá sea sólo un sueño temporal, una ilusión que podría desaparecer trás las sombras, pero hasta ahora ha logrado llenar mi tiempo libre con risas, conversaciones inteligentes y novedosas, carisma, belleza y actos puros y correctos. Nada es al azar, sin embargo, todo suena hecho instintiva, impredecible e incalculablemente perfecto en cada tramo que se sucede.
Volver a sentir, era una frase casi impensada para mi roto ser, pero que de un día para otro comenzó a latir con fuerza, como si me hubiese golpeado un rayo.


Ya es hora



No quiero predisponerme a la sensación de ese minuto crucial en que las dos vidas que se cruzaron hace un tiempo deberán dividirse nuevamente. Trato de imaginar las no.llamadas, las no.conversaciones, las no.discusiones, y todo, completamente todo se hace dificil. Siento a veces, que la quebrazón será similar a la vivida hace meses atrás. Donde la rutina se cambia en pleno y los ratos libres deben ser cubiertos por alguien o algo.
No quiero sufrir antes de tiempo, no quiero llorar, no quiero sentir culpa ni emociones erradas. Quiero seguir pensando que sus pasos serán correctos, maduros, estables, bien pensados. Quiero confiar en mi instinto y en el presentimiento de que, por primera vez, las decisiones que se tomen me darán una satisfacción enorme en un tiempo más.

Quiero y creo que ya es hora, aunque duela y el vacío que quedará sea enorme.
Ya es hora, nuestras tareas están terminadas y deseo con todas mis fuerzas que el producto de tanto trabajo, quede en evidencia en cada paso que demos día a día, porque si algo aprendí es que, siempre se debe poner "un pie delante de otro"


Lapsus



Trate de no quebrarme y mantener mi expresión alegre de siempre. Me pareció una realidad no sopesada hasta ese misero segundo de conciencia. No me era posible la vida sin él, sin esas charlas, esas cenas, helados, películas, momentos eternos de sólo miradas. De pronto el mundo se quebró en mil trozos frente a mi, la verdad de haber vivido los últimos meses fuera de ese cálido nido de compañía se transformó en una herida abierta por la que corría a chorro un mundo construido en casi siete años. Quise llorar, quise correr, pero lo que más quise en ese momento, fue un abrazo fuerte, largo, acogedor.

No sé cuantas veces deberé pasar por esos lapsus de consciencia plena de mi realidad actual, lo que sí sé, es que, mi mundo era mucho más feliz antes, pero hoy es mi propio mundo, que intenta día a día ser mejor. Claro está, tiene un vacío que no será fácil llenar, y ahora que posee esos instantes en los que no puedo creer que lo pasado es pasado eterno y jamás volverá a ser mi realidad, se ve complejo el seguir. Nada es fácil, ni gratis, ni menos aún, dura eternamente, pero como dijo alguien por 'ahí' alguna vez, "siempre se puede un poquito más".


Otra vez, siempre lo mismo!



Siempre pasa lo mismo, siempre!
Es de noche, necesito un abrazo largo, apretado, casi vital. "Calma" me digo, ya llegará, ten paciencia. Pero no, para no dejar mal a las estadísticas, vuelve a fallarme. No está, no llega. Hay motivos, claro, como 'siempre', y el nudo en la garganta se apreta más entre la pena y la rabia que siento. Y lo peor es que no soy quien para recriminaciones ni alegatos varios, no tiene porque saber mi necesidad imperiosa de su presencia, ni existe obligación de por medio para que esté aquí conmigo.

Y así, de vueltas y vueltas de seso, entre sábanas naranjas, calcetas gruesas, lágrimas de cocodrila mañosa y lechita con chocolate, trato de dormir. No lo consigo, pero trato, y trato, y así termino escribiendo, una vez más, otra entrada sobre la enécima vez que un gesto mínimo e intrínseco de nuestra humanidad me es esquivo a cambio de un maldito juego de video.


Abril 30



Armo el plan, lo deshago, vuelvo a pensar en algo que hacer, lo deshago de nuevo. Me tomo la cabeza, la barriga, camino como león enjaulado dentro de mi pieza, miro por la ventana, pongo la alarma lo más temprano y reorganizo otro encuentro "casual". Deshago todo, nuevamente.
Lo miro dormir, lo miro sufrir, reír, viajar, correr entre la cuidad que no quiere devolverme ni una sola mirada. No sé qué ni cómo hacerlo.
Vuelvo a la cama, con mi pijama de niña buena, con un calvo "calentacamas", con un sin fin de preguntas que jamás serán respondidas.
Se terminó Abril, mi Abril, y no pisé la arena, ni el mar y no vi ni su silueta caminando a los lejos.

Mientras trato de dormirme entre unos brazos que hasta dormidos me apretan fuerte, me doy cuenta que debo dejar de atraer lo que está fuera de mi dominio. Ya basta, fue suficiente. Sé que nada hará que deje de odiarme a ratos, que desee no haber sido tan inmadura, pero de no haber sido así, no estaría abrazada a quien nadie le hará el peso jamás, nunca nadie me querrá tanto como él. Nunca nadie le llegará a los talones, nadie me conocerá de esa forma.

Pero lamentablemente nunca podré ser quien desea, nunca podré retribuírle el cariño, no seré jamás quien necesita. Sin embargo, seguiré dejando el espacio necesario para esas charlas, risas y eternos momentos que parecen llenar cada rincón que quedó vacío. Ese espacio que era sólo mío, y ahora es de "nosotros".







Abril 14



Es complejo saludarte desde la distacia extrema, y no es la físicamente extrema, es la distancia impuesta de la comunicación nula. Pero a pesar de aquello, la nostalgia y la constante maña de recordarte día a día, me ha llevado a querer escribirte a tus veinticinco años de vida. Anhelo desde lo más profundo de mi, que los días avancen dándote cada uno de los detalles que tanto mereces, la gente que necesitas tener alrededor y que concretes los sueños que siempre parecieron tan esquivos. Espero tengas la paz que buscas, los ratos entretes que te llenan el alma, las caminatas relajantes, los flojeos eternos y que el "pasillo de la perdición" siga llenándote de dulzura. 

El cariño aún es inmenso, las gracias por haberte conocido son infinitas, las disculpas por aquellos malos ratos nunca serán suficientes, y desde acá, en mi nuevo rincón hogareño, envío camiones de abrazos, besos y nanais que espero te lleguen al culminar estas lineas.. (si no, alegaré a la empresa de transportes por ineficientes). Disfrútalos!

Feliz cumpleaños, feliz cuarto de siglo.
Feliz día, O!!






Súplica

Abril, te lo ruego, un día, regálame un día, o una tarde, un almuerzo, un café. 

Abril, te lo ruego, regálame una charla, un momento, una mirada, algo! 

Abril, te lo ruego, no dejes que se acaben tus días como sucedió con mis lágrimas, sólo un abrazo, nada más. 

Abril, te lo ruego.

Abril 9

Quisiera llorar justo ahora, pero la verdad, dejé de hacerlo hace rato, o simplemente ya no duermo en la cama que me hacía descolgarme del peso que llevo dentro y dejaba fluir mis lágrimas como las risas que sucedieron en esa mínima habitación invernal. Ahora entiendo tantas frases clichés, eso del tiempo, la paciencia y cuanta calamidad decían, me parece mucho más coherente. Y entre la claridad, aparecen los desenfrenados deseos de mirarte, hablarte, sentirte cerca, pero creo que ahora no es nada parecido a lo que alguna vez odiaste. No hay celos, no hay tanto dolor, si no más bien, una melancolía arraigada a mis sesos. Desearía tener una charla sincera, madura, clara, agradable, de esas que tanto echo de menos, de esas que parecían no tener fin a las tantas de la mañana dejando un par de orejas casi insencibles. Es cierto, te extraño cada día, pero así también es cada día de una forma diferente, cada vez más y más alejada de lo que alguna vez pensé nunca se iría de mi. Soltar le llaman algunos, olvidar otros, para mi es tiempo, consuelo, paciencia, es la vida dándome la oportunidad de crecer. Lamento muchas cosas, deseo varias otras, pero siempre llego a lo mismo; te extraño, claro que ahora no con la necesidad ferrea de la pertenencia sicótica, ahora es una necesidad nostálgica, adoradora, de esas que sólo puedes lograr en la soledad de una cama, llorando y hablando contigo mismo sobre cuántos errores quisieras no haber cometido, y sin pedir disculpas, simplemente dejando que el tiempo pase, las hojas caigan y crujan sólo para mi y ésta enorme necesidad de un abrazo se vaya alejando cada día más y más, hasta que por fin deje de buscarte y un día por arte de magia de mi querido tiempo te encuentre.

Abril 3, a Solas

Es mi nO.cumpleaños, camino sola por Providencia con un considerable trozo de mi cara aún adormecido y un dolor creciente está atormentándome oído, ojo y parte del pómulo. Decido regalarme algo, apagar un vela, llorar un rato en silencio, charlar conmigo misma. Después de todas las cuadras correspondientes aplanadas con total cuidado y calma, entendí que ésta etapa de mi vida tiene que articularse en completa soledad. Quizá muchas veces no física, pero si emocional. Fue un día especial, conmovedor, ví desde lejos los rostros que durante años me acompañaron en situaciones que nunca pensé vivir sola, pero aquí estoy, intentando concretar sueños, metas y organizar lo que se llama vida. Compro víveres, preparo algo de comida, me doy un rico baño de espuma, fumo algunos cigarros con las notas que tanto amo llenando mi habitación. Desperté sola en casa, me iré a dormir sola, es un hecho, pero como pocas veces lo he sentido, ha sido un día maravilloso, lleno de nadie, sólo para mi. Es mi nO.cumpleaños nº26.

Basta y a esperar

Sé que he dicho basta y pensado muchas veces el "nunca más", también sé que es casi un vicio o una maña, y otras, pienso también que es sólo la necesidad biológica de sentir próximo a alguien en especial. Pero hoy me di cuenta que el egoísmo y la falta de sesos de una persona puede llegar a extremos insospechados. Cuando dejamos de ser racionales y dejamos que el cuerpo domine casi la totalidad de nuestras acciones, entonces, estamos fuera del rango natural de lo permitido. Incluso para alguien frío y calculador, quizá hasta cruel y pedante. Durante años me quise alejar de quienes traspasaron todo margen establecido para el respeto, la cordura y la paciencia, por lo que, hoy sería un error garrafal mantenerme cerca de quien es un potencial peligro constante (e inminente). Yo sé que no soy madre de nadie, pero la costumbre de proteger y guíar está en mis genes, y hacer caso omiso al llamado de mi consciencia es, a veces, una pelea titánica. Aunque me bastó un pequeño matiz de recuerdos para lograr ver un poco más allá; "Un árbol viejo jamás endereza sus ramas", frase que bastó para hacerme entrar en razón y dejar de lado los sentimientos de preocupación y responsabilidad adquirida. Nadie en su sano jucio comete el mismo error una y mil veces, menos aún si logra captar el daño colateral de éste. Por lo tanto, si un ser pensante, adulto, capaz de dilusidar su alrededor más cercano acepta sus problemas y resuelve estos mismos en un plazo viable, es sin duda alguna, un ganador, dado que, si consideramos la gran pelea interna entre ego-orgullo, los puntos se suman considerablemente para una victoria con honores. Aunque también existe el otro lado de la moneda, ese que todos olvidamos por esa "esperanza" que en ocasiones nos hace perder la razón. Ese lado "común", el lado fácil de todo problema; hacer nada. Dejarse llevar por los errores, los vicios, los excesos y caer cada día en un agujero sin retorno. Ese agujero que hace olvidar todo por un momento, pero al abrir los ojos por la mañana, no sólo te trae una jaqueca de proporciones, si no además, una carga culposa de la que nadie quiere hacerse cargo. Ese lado, es el que más temo, porque como mero espectador, no queda más que dar un paso al lado y esperar. Y esperar sentado, porque muchas veces no existe ápice de cambio (ni ganas de hacerlo), y así pasa el tiempo, las promesas, las palabras y las lágrimas se transforman en arrugas, hojas rotas, canciones pasadas. Y el tiempo pasa sin piedad, demostrándonos que "ese" lado amargo es más recurrente que el dulce sabor de la lección aprendida, pero también nos enseña que, el "la cagué, nunca más lo hago" es una frase maqueteada que jamás será hecho consumado. Y el tiempo pasa y esperar comienza a ser parte de la vida misma, hasta que lo olvidas, porque sé que he dicho basta y pensado muchas veces el "nunca más" y vuelvo a incidir en "siempre se puede un poquito más", pero nadie da oportunidades toda la vida, y menos espera para siempre.. nadie espera para siempre.

Esta vez

Las frases fueron sencillas y claras. Necesitaba una de esas charlas mirando el techo, riendo, llorando, o incluso, por raro que parezca, en total silencio. La carga de sensaciones que sólo él podría entender era demasiado grande para poder conciliar el sueño. Pero su respuesta fue la que siempre da quien no logra ver más allá de su propia nariz. Colgué, lloré un rato frente a la ventana, me lavé la cara, me acosté, y decidí ser yo la que abandona esta vez.

Roro

La última hora, esa era yo, como siempre. Entré sin mirarlo a la cara. Me senté sin decír palabra alguna, me puse la toalla y acomodé la luz. Cuando me dí cuenta que Blanquita salía de la sala, lo miré buscando sus ojos. Sólo entonces me percaté que algo no andaba bien. No sólo había omitido el saludo, sino que cualquier otro tipo de contacto. Cruzado de brazos, con las manos escondidas bajo estos, miraba hacía afuera. Tenía los ojos hinchados, no se había afeitado, lucía horrendo. Mi aspecto similar terminaba la postal del horror-insomne. Pasaron varios minutos silenciosamente, hasta que me miró fijo y dijo; -"La Cata se fué" Tan sólo esa frase logró articular antes de dejar caer unas lágrimas huérfanas al mismo tiempo que desviaba la mirada hacia el ventanal. Por reflejo hice lo mismo. Afuera, las ramas del gran arbol ululaban gráciles con el viento. Traté con toda mis fuerzas deshacer el nudo doloroso y creciente de mi garganta, que arremetía con hacerme reaccionar 'explosivamente'. Quería decirle que ahora tendría que lidiar con el valor de lo perdido, pero me era imposible, no sólo por el nudo, sino también porque mi estado era casi el mismo. No había nada que hacer, nada que decír. Se acercó haciendo rodar la silla y tomó mi mano. Tiritaba, estaba frío, y no había parado de llorar. Le pedí que no trabajara más y nos fuéramos a tomar un café. Asintió en completo silencio y con suma calma, tomó sus cosas, se despedió de la asistente y se dirigió al estacionamiento. Yo, detrás, le seguía callada. El día se acababa, el sol desaparecía, y el ambiente se enfriaba rápido. Estoy segura que tan rápido como, un día antes, se nos había enfriado el corazón.

"Eso"

No existe lugar hacia donde correr, esconderse, ni tratar de escabullirse de ningún modo. Siempre está en todo, y nos alcanza hasta en los recodos más inhóspitos de nuestra mente, nuestro cuerpo, nuestra alma. Somos sus esclavos, nos domina a su antojo, y aunque nos digamos mil veces que ya fue suficiente, algo dentro de nosotros se retuerce hasta demostrarnos que jamás se irá. Es como un virus que entra y sale de nuestro sistema, haciéndose cada vez más fuerte, más y más fuerte. Lo más curioso, es que nos dejamos llevar, pensamos que tal vez algún día, las cosas cambiarán convirtiéndose en lo que siempre soñamos. Pero dentro de esto, hay momentos que nos elevan hasta las nubes. Hay instantes en los que quisieras detenerte para siempre. Horas que parecen esfumarse en un abrir y cerrar de ojos, enseñándonos que la vida se puede vivir al máximo en un par de ínfimos minutos. Segundos que lo son todo mientras miras sus ojos. Se hace presente cuando nuestro cuerpo y nuestra mente parecen estar de acuerdo con todo movimiento, con toda elección impulsiva. A veces, pese a todo, es necesario vivirlo y vale la pena el esfuerzo, el llanto, los momentos eternos de espera, sólo por esos otros momentos sublimes que parecen llenarlo todo, absolutamente todo

Mujeres (re-edición)

Se dice que somos el sexo débil, que tendemos al neurotismo y que el sentimentalismo rodea todo lo que hacemos. Que podemos manipular al sexo opuesto sólo con un movimiento de caderas (o un poco más). Pero hay mucho más que concierne a ser una fémina. Como esa maravilla de poder engendrar vida dentro de nosotras, y ese particular sentido maternal. O esa fuerza que derrotó a grandes personajes masculinos, y que nos dió el poder de sufragio, de un lugar en medio de un mundo machista y que, hoy por hoy, significa igualdad política, social y laboral. Somos las que consolamos sin esperar retribuciones, somos amigas, hermanas, madres, hijas, novias, esposas. En cualquiera de estos ámbitos nunca dejamos esa escencia que enamora, excita, cautiva y atrapa a los tan superficiales hombres. Somos el complemento de ellos, y a su vez, ellos son el nuestro. Cuando un hombre ama a una mujer, libera todo su lado sencible, y es por la fuerza de ellos que nos armamos de valor. Estoy orgullosa de que mis genes hayan sido xx, porque pertenezco al grupo que hoy conmemora su día. Un saludo y muchas felicidades a todas las mujeres.

Bagón

Miro por la ventana del carro casi sin ver. Recorro los diferentes rostros cansados, alegres e incluso molestos por el calor, la rutina, los gritos de ese maldito chiquillo llorón. De pronto mis ojos se clavan en esos ojos marrón inerte. Por un momento pensé en mi perfecto y malvado plan, pero todo se derrumbó cuando esos labios esbozaron una tímida, nerviosa y casi cálida sonrisa. Todo se vino abajo, dejando escombros en todos lados que hicieron imposible mi caminar para alcanzarlo. No me quedó más que retroceder una vez más, tratando de no tropezar con cada recuerdo tirado en el bagón. "Atención con el cierre de puertas" fue lo último que oí antes de caminar fuera. Un tipo me movío "detrás de la linea amarilla" mientras el carro se movía, y parada ahí yo parecía una completa mujer catatónica que no tenía idea que hacía, que esperaba, que rayos iba a seguir haciendo día a día sin esos ojos que en, algún momento, lo repletaron todo es su mundo.

Día D

Tan temprano como pude salí sin rumbo claro, mirando lentamente a la cuidad comenzar el penúltimo día de su año, caminé por calles ya recorridas, por lugares ya visitados. Llegué hasta la puerta de su casa, lo vi alistándose para salir. Como si una fuerza externa me manipulara los músculos, entré con total seguridad. Cuando me vio la reacción fue la que menos esperé. Un abrazo tan apretado como el nudo que llevaba en mi garganta, un beso almacenado precisamente para la ocasión, una charla prescisa pero aclaradora. Horas más tarde volví a recorrer las calles que durantes años aplanamos juntos, pero esta vez sola, alejada de todos los miedos y preguntas sin resolver, y ahora llena en cada tramo vacío que pudiese haber quedado. Las noches largas al fin terminaban, las esperas, el dolor, el celo de esos días tan míos que ya no lo serían más. Pero tranquila, resuelta, al fin completa y con la frente en alto, como me enseñó, como debía ser.

Respiro II

Me encaminé casi por inercia a una casa que no pisaba hace años, como si algo inexplicablemente me guiara, como si nunca hubiese dejado de hacer ese recorrido. A metros de llegar, el corazón me latía rápido, inconstante, abrumadoramente lleno de miles de sensaciones que necesitaba calmar. A penas toqué la campana comenzaron a moverse los engranajes que por años estuvieron dormidos. El olor de la casa evocó situaciones pasadas, melancólicas, algo triste tal ves. Todos se sorprendieron, pero nadie dijo nada. Después de los abrazos, me dejé absorver por ese sillón tan añejo como los recuerdos que conserva. Recordé el día que con desesperación llegó a esa casa desconocida sólo para compartir un rato conmigo, un momento cálido, que ese sillón atesoró para mi y me devolvía justo en el momento más indicado. De fondo oía los pájaros cantar, el agua de la tina corriendo, y un rico olor a comida casera.
Luego de un rato, las manos amorosas de la Joy me llevaban hacia una tina llena de espuma relajante, llena de cariño que parecía no caber en ese baño, con esas palabras pacificadoras, calmas, que me hicieron sentir un calor y paz interior absolutos.
Poco después descansaba en esa enorme cama llena de mujeres riendo solemnes, resguardándome de todo dolor, acunándome a un sueño que reparó las heridas abiertas por la fecha, que culminaron en un sueño profundo, dándome el respiro necesario, en ese lugar que dio paso al inicio de una historia que, poco a poco, se desvanece entre mi piel, mis llantos fugitivos, en mi memoria que ahora se niega a ser olvidadiza. Justo ese día, justo en el día que parecía ser más necesario que nunca en mi vida.

Respiro

Un respiro, un largo respiro era lo que necesitaba. Una desconexión total, un cable a tierra que me recordara las raices en las que fundé mi vida, mi caracter, mi entorno.
Caminé sin mayor prisa a mi primera escala, uno de mis oasis preferidos últimamente, encontrando allí esos ojos tristes acogedores y llenos de palabras alentadoras, abrazos apretados, besos tiernos. Ese lugar donde el tiempo parece detenerse trás charlas que casi nunca quieren terminar, donde la cama siempre me queda chica, donde siempre puedo dormir en paz y darme un respiro, un largo respiro.