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welcome

Cada uno posee el máximo de memoria para lo que le interesa y el mínimo para lo que no le interesa..

Suavecito [♫]

Suavecito me pusiste todo en su lugar. Suavecito, como un juego para armar, empezaste corrigiendo males al azar, como al barro el alfarero, como brisa de aguacero,
conquistaste.. suavecito.

Colocaste besos justamente en el lugar, suavecitos, cirugía para curar las heridas que dejó el pasado sin sanar y en el caos de mi infierno instalaste tu gobierno
y arrasaste.. suavecito.

Suavecito fui ganando con saber perder, suavecito, sin afanes de imponer, como huella de gaviota, como se forma una gota,
me atrapaste.. suavecito..

Me aceptaste como un cero izquierdo y sin valor, me peleaste sin nada a tu favor, con la suavidad con la que se mueve un rumor, como el paso de un anciano, con paciencia de artesano,
me salvaste.. suavecito..

Suavecito, fuiste casi imperceptible, sin prisas, de a poquito colocaste tu bandera inamovible. Suavecito, fuiste tan demoledor, pasito con pasito
tu paciencia arrolladora me salvó.. suavecito..

Mís posesiones

Dicen que quien encuentra un tesoro, se lo queda sin reparos.
Sé que no puedo poseer un ser, porque no tengo el poder de dar vida, pero poseo varios rincones de un ser especial. He recorrido tramos que nadie ha recorrido, he sentido ansiosamente la textura de zonas que jamás nadie palpó. No he dejado escapar ni un solo centímetro, no he podido olvidar el aroma de su piel. Llevo conmigo su mirada fija, sus grandes manos, su voz apagada. He observado su risa, sus gestos deseosos de más, su tristeza, su ira, he velado su sueño y sus mañas, su tranquilidad y nerviosismo. Quizá nunca posea a alguien, quizá nunca lo posea a él, pero he logrado ganarme todos aquellos momentos y rincones que nadie conseguirá nunca para sí, que nadie podrá conocer jamás. Que son sólo míos, y no estoy dispuesta a compartir, porque son mí tesoro, mis pedazos conquistados, con la poca paciencia que poseo, con todas las ganas que tengo de encontrar cada día más y más. Creo que hay mucho más por seguir descubriendo, y existe tiempo para aquello, tengo mi mochila lista para continuar explorando sitios que me enamoran con sólo mirarlos..


Los pies en el mar

Eran más de las dos de la mañana, estaba cansada, sola, aburrida y con algo de hambre. Pensé varios minutos si hacer o no la llamada, apagué el teléfono para evitar impulsos, cerré los ojos, moví los muebles, quité ese olor de mi cama, me lavé una y otra vez las manos, limpié mis ojos rezagados de negro.. y nada. No conseguía quitarme las ganas de marcar y pedir auxilio.


Aún me pregunto si fue lo correcto, o también me pregunto a ratos "qué es lo correcto?" y siento nuevamente el agua helada rodeándome los pies, durmiéndolos, cedándome el escozor de la pérdida de conciencia por su culpa.
Y siento el olor a sal, a ira, a sangre comenzando a hervir en las venas, percibo el sabor de sus labios y quiero estar lejos, quiero volver, arrepentirme, desatarme y correr más rápido que mis miedos y errores.
Pero estoy ahí, junto a mis culpas, volviéndome un atado de escalofríos, bajo la atenta mirada de la luna acompañada de su fiel estrella-entre-manos que me grita desde lontananza que reaccione y vuelva a mi dormitorio a soñar con él.