Que alguien me escuche, me atienda, me tome las cienes y me calme.
Estoy explotando de mil formas, sintiéndome perdida, confundida, exhausta..
Necesito libertad, espacio, tiempo. Quiero cariño, aprensión, un minuto para mi misma y para mi fortaleza debilitada con la inseguridad. Me siento frustrada, como una pequeña indefensa, y un tanto inútil. Siento, justo ahora, que de nada sirve conocer e ir un poco más allá, porque me quitó la razón, la maldita razón que domina todo a mi alrededor.

Ahora veo como un trozo de tierra se abre frente a mi pies, quisiera lanzarme y perder la memoria, perderme, ser otra, ser completamente diferente. Quisiera no temer tanto y dudar mucho menos, pero no puedo, no olvido, no dejo ir.. y eso me hace sentir vacía de todo, llena de nada..
Eso me hace recordar, que no tengo nada, ni siquiera me queda razón, porque la perdí mientras creía estar en el camino correcto..

Necesito de tu respiración para poder mantener el aliento. Requiero de tu mirada para sentirme viva, y de tus ojos sobre los míos para sentir mi alma. Necesito rozar tus manos para saber que la fuerza de ellas me resguarda incluso mientras duermo sobre tu pecho. Prescindo de tu voz para acallar el silencio de la soledad, y al mismo tiempo sentir ese cosquilleo coqueto en mi vientre. Necesito de tu olor para llenar el ambiente de tranquilidad y encontrarme con el sueño esquivo por las noches. Te necesito sereno y paciente, apurado y cascarrabias, criticón y somnoliento. Preciso de ti como al chocolate mismo, porque endulzas cada trozo de mi y de mi mal carácter, porque me amas y me enseñas a hacerlo de a dos y no a mi manera. Te necesito para crecer y creer, para continuar y saber detenerme.
Te necesito porque eres lo que necesito, y no hay más..

No puedo huir porque simplemente me tiene atrapada. Sabe que no puedo alejarme demasiado, porque siempre quiero voltear a verle, sentirle.. Por ello no hace algo, ya que no lo necesita, no es imprescindible moverse por mi, ni por algún capricho.
Ahora entiendo, yo creyendo tener el poder de mi misma, cuando en realidad no tengo ni siquiera eso.
Pero tengo pequeños recuerditos guardados, que unidos harán que tome fuerzas para desatarme de aquella pata de una vez.. Aunque tal vez no.huir sea la solución..

Camino lento mientras mis pensamientos van millones de veces más rápidos que mis pies. Inevitablemente pierdo las ganas, el apetito, y la sonrisa, el insomnio se me instala como un mal inquilino y las ojeras lo denotan cada día más. Enfoco pésimo y tardo aún más de lo normal en concentrarme en un par de lineas al leer.
Instintivamente busco sus manos, pero el vacío va apoderándose un poco más de mis espacios que alguna vez estuvieron llenos de 'algo, y el sol se pone una vez más sin que yo haga algo para oponerme a la realidad. Pero estoy bien, todos estamos bien, así es la vida, nuestras vidas.. mi vida.
Y dentro de la curva que di esta vez, retomo el camino en el que cabe sólo un individuo y nadie más. Sólo yo, y nadie más..

Por ser tan diferente, por hacerme luchar por lo que creía innecesario en mi vida. Por hacerme sentir viva; mientras discutimos, reímos, o nos amamos. Por llenarme los rincones más ínfimos que poseo, por completar la otra parte de mi misma. Por tener esos defectos que me duelen, por tener enésimas veces más paciencia que yo, por estar, no estar y seguir aquí. Por tus manos silenciosas e inquietas, por tus pequeñas orejitas, por tus labios siempre queriendo encontrarse con los míos. Por no saber, por intentarlo y por quedarte quieto. Por tomar mi mano como nadie, por pronunciar mi nombre dulcemente mientras intento dormir, por llorar y reír junto a mi. Por darme espacio, confianza, y ese tan esquivo amor. Por ser tú, y yo la que nunca logra completar la frase adecuadamente. Porque soy feliz, aún cuando no parezco o siento serlo. Por todo esto, por aquello que no recuerdo y por todo lo que aún no descubro, me declaro enamorada de ti. Sí, te amo, y este no es un estado temporal, sino más bien una condición que parece haber llegado para quedarse para siempre..

Las pupilas se dilatan. Las arterias se estrechan. La temperatura central y la presión se elevan, el corazón late más rápido. La respiración se torna rápida y superficial. El cerebro lanza explosiones de impulsos eléctricos sin rumbo. Cada glándula arroja secreciones y los músculos se tensan y se contraen como si cargaras un toro. Es violento, y si Dios no lo hubiese hecho tan exquisito la raza humana se habría extinguido hace miles de años...

Nadie vendrá aquí a decirme lo que hay que hacer o deshacer. Nadie me comprará chocolates, me estirará la ropa de la cama, me cantará una canción de antaño, me susurrará al oído mientras duermo. Nadie se enojará por tomar sus cosas prestadas, Nadie me dirá lo bien que luzco hoy. Nadie tomará mi mano, aún cuando me moleste. Nadie me hará sonreír por las noches. Nadie vendrá a decirme ·te amo· y fingirá que nadie más lo nota. A Nadie le importa, si vengo o me marcho, si estoy aquí, o me fugo a otra dimensión, si duro otros cincuenta años o sólo un respiro más. A Nadie le importa, pero que nadie venga aquí y que a nadie le importe Nadie. Pero mientras Nadie contempla mi rostro insomne, yo miro a Nadie de reojo, y entre sollozos y recuerdos que intentan huir y esconderse, Nadie intenta consolarme del nudo que me estrangula la garganta. Nadie hace nada. Y el respiro de otra noche en vela me dice que no debo esperar que Nadie haga algo. Porque Nadie sabe hacer nada.
Así que espero a Nadie sentada de piernas cruzadas, leyendo, escribiendo, tomando café, llorando a ratos. Ya que Nadie secará mis lágrimas por siempre, como ahora mismo, Nadie lo hace..