Sobre de otoño

Sacó de su bolsillo un sobre ajado y algo sucio, extendió el brazo y se lo entregó mientras encendía un cigarrillo igualmente estropeado. Las luces se apagaban poco a poco alrededor de la plazoleta, amanecía pero ambos sentían que el día no iba a comenzar jamás, estaban cansados de haber buscado tanto sólo para encontrar un sobre maltrecho. No habían hecho más que buscarse, buscar una respuesta a esas extrañas sensaciones que parecían tomar poder a medida que pasaban los años.
-Me gustaría ir contigo, pero.. ya sabes, ahora nos separa un abismo.. Y un puente. -dijo la joven sonriendo pero entornando ojos taciturnos.
-Acompáñame hasta el puente, nada más -Ambos sabían que nunca era demasiado y los finales no eran precisamente sus fuertes.
Caminó a su lado sosteniendo los deseos de terminar frases, abrazos y simples miradas, pero cuando las cosas se aplazan demasiado, sucede aquello que más odiaban, arrepentimiento en las despedidas.
Se quitó el abrigo y se lo entregó al tipo que esperaba por él al borde del largo puente, sabía que nada de lo que dijese podría cambiar el parecer de su frágil pero terca acompañante, sólo le besó la frente, hizo el típico gesto que la hacía reír y se acercó a su oído para decir unas últimas frases.
En silencio lo observó hasta desaparecer a lo lejos, cuando los primeros rayos de sol de otoño se comenzaban a lanzar en los vitrales de la capilla, para caer coloridos a sus pies, y en aquel mismo silencio congelante, mientras apretaba el sobre entre sus manos, aún sin saber que pasaría al abrirlo y continuar con ese algo llamado vida, entonces dijo muy suave, lo prometo, sin entender que los problemas estaban resueltos entre sus palmas, sin saber aún que los ojos que la harían descansar estaban justo ante ella, que la vida tendría tropiezos pero que entre sus dedos estaba la oportunidad de sobrellevar lo que fuese. Sólo bastaba cumplir esa promesa, porque ese sobre se habría tan sólo una vez y para siempre..