Carta a mi amigo

Siento que eres el oasis al cual llego exhausta y sedienta, y sin necesidad de muchas palabras puedes confortarme y ser el oído que absorbe males y anécdotas alegres. Puedo ser tan frágil y simple y no vas a reprochar o criticar nada, y soy para ti el fuerte donde te resguardas del frío o donde los días de algarabía sales a llenarte el rostro del calor del sol. Es inevitable extrañarnos, sentirnos cerca, necesitarnos, y ni el tiempo ni la distancia pueden controlar ese instante donde parece que todo nos dice que hay algo dentro de nosotros que marcha en sincronía.. Tenemos siempre ese segundo para ser uno, y el uno para el otro sin que le importe a alguien. Somos como lluvia y viento que aparecen, se mezclan, y con el sol se esfuman, pero a sabiendas que tarde o temprano volverán a encontrarse, tal como nuestra eterna amistad..